Para que exista una verdadera participación democrática se
necesita formar y educar ciudadanos. Esta es una tarea que le corresponde a la
sociedad entera, pero para realizar esta gigantesca labor, es preciso tener en
cuenta el contexto económico, político y socio-cultural en donde se desea
llevar a cabo. Mucha de la indiferencia que se vive en la actualidad por parte
de los jóvenes (secundaria, preparatoria, universidad) es provocada por la
cultura .donde se difunde la idea de una vida fácil, donde no importan los
demás, sino, sólo satisfacer sus propios deseos y metas. Esto deriva en un
individualismo que no permite una convivencia tolerante.
Participación de los jóvenes en la vida pública, se debería
entonces a razones que tienen que ver con la cultura que aprenden donde viven y
también a que las instituciones encargadas de promover una cultura
participativa y democrática (escuela, familia, autoridades) no practican los
valores de la democracia. Desde mi punto de vista el dicho aquel que sentencia
“Las palabras vuelan pero el ejemplo arrastra”, sigue siendo válido; podemos
dar cursos o talleres, elaborar proyectos muy bonitos, pero si
institucionalmente no se vuelven norma, hábito y costumbre, la participación
quedará en lo electoral y lo inmediato. México requiere de instituciones
fuertes, no de grupos dispersos por todo el país, gritando que debemos ser más
democráticos
Debemos tener en cuenta que la democracia no es un elemento
natural, sino que, es un producto de relaciones sociales, que se va
construyendo y que por lo tanto hay que enseñar a los ciudadanos a utilizarla y
darle buen uso y creo que allí reside la importancia del papel que desempeña el
maestro, establecer las condiciones para que la democracia se desarrolle entre
sus alumnos. De allí deriva que tenemos que concebir a la democracia como un
instrumento o herramienta que ayuda a cambiar nuestra realidad, pero esto
dependerá de cómo sea utilizada. Y como la democracia no resuelve por si misma
todos los problemas, los ciudadanos deben prepararse para exigir sus derechos,
pero también para respetar las normas, leyes y también conocer los mecanismos
para elegir a las personas más idóneas para representar sus interese
La democracia no puede resolver todo los problemas que existen en nuestra sociedad, pero también debemos recordar que para solucionar cualquier problema debemos de partir de principios democráticos y aquí la educación vuelve a aportar su granito de arena, al formar ciudadanos que racionalmente valoran y sopesan su participación en la sociedad donde les toca vivir.
La democracia no puede resolver todo los problemas que existen en nuestra sociedad, pero también debemos recordar que para solucionar cualquier problema debemos de partir de principios democráticos y aquí la educación vuelve a aportar su granito de arena, al formar ciudadanos que racionalmente valoran y sopesan su participación en la sociedad donde les toca vivir.
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